lunes, 21 de junio de 2010

Cuenta atrás para Túnez

Ya típicas son las excursiones de final de curso que se realizan en institutos y colegios, que en realidad son prácticamente las únicas que merecen la pena realmente, pero no tan típicas son cuando el viaje se lleva fuera de España, a Túnez para ser más exactos.


Y, ¿cómo no? Aún tengo que ducharme, preparar todas las cosas... todo eso. Ya forma parte de mí el dejar las cosas para el último día, viene de familia. Eso sí, ¡a ponerse guapo y a sacar miles de fotos! ¡Qué no salgo de España todos los días! Solo la vez que fui a Gibraltar... ¡Ah bueno y cuándo fui a Portugal! Pero no sé, no es igual. Lo verdaderamente emocionante es que son culturas distintas. ¿Os podéis imaginar todos los prejuicios y avisos que estoy recibiendo de Túnez? Es increíble... lo único que hacen es ponerme más nervioso de lo que estoy.

Luego está el tema del hotel... ¿Ambulante? ¿Agua envenenada? ¿Condiciones higiénicas de película de terror? ¿Y con quién me tocará en la habitación? Como siempre, eso es un gran misterio... En fin, no será por no habérselo mencionado a unas cuatro personas. Aunque bueno quizás... merezca realmente la pena. ¡Ya veré qué pasará! Quizás me lleve una agradable sorpresa.

Y pensar que para estar allí solo me queda unas horitas... Salimos a las 03:30. En fin, quería poner un contador y tal pero como he perdido tanto tiempo intentándolo y sin conseguir nada, ¡me rindo! Lo que me hacía falta, dejar las cosas para el final del final. ¡Me voy velozmente! O no tanto... es que soy yo, jaja.

domingo, 20 de junio de 2010

Sentimientos humanos

Somos tan vulnerables... Son muchas las cosas que por muy pequeñas que sean nos llegan a afectar de tal manera que si nos paráramos a pensarlas por un momento nos sorprenderíamos muchísimo. Una simple sonrisa de esa persona que tanto apreciamos puede convertir nuestro amargado día en uno de los días más resplandecientes de nuestra vida. Hay otras cosas que nos hacen pensar y nos hacen comernos la cabeza hasta el punto de sentirlos las personas más detestables de la faz de la Tierra. Nos sentimos infelices, nos queremos morir, pero una vez que se nos pasa el "bajón" pensamos que fuimos realmente idiotas. Además somos unos hipócritas al pensar que el resto de personas no tienen problemas como nosotros. Todos somos humanos, y pasamos por situaciones muy similares. En esos momentos uno desea que alguien o algo aparezca para iluminarle el día, pero no suele ocurrir y uno acaba sintiéndose incomprendido. ¿Pero nosotros hacemos lo suficiente por iluminar a aquellas personas que se encuentran en dicho estado?

Y nos quedamos en cosas que deseábamos hacer y que finalmente no hicimos, principalmente por miedo. Y la bola sigue rodando y creciendo. Como dije, son pequeñeces, pero que nos afectan demasiado. Deberíamos fijarnos más en los demás, intentar comprenderlos y no dejarnos influenciar simplemente por las primeras impresiones. Pero sobre todo deberíamos romper nuestros miedos, echarle valor y ser FELICES. Dejar de creer en los cuentos de hadas, en los príncipes o princesas azules, y luchar intensamente por lo que realmente queremos, porque nada de eso caerá del cielo, ni nos lo darán los demás sin antes haber sudado lo suyo. Pero no hay que dejar de creer ni de confiar, hay que tener esperanza.

O también cabe la posibilidad de que una simple noticia nos alegre el corazón, nos haga felices a rebosar y nos emocione de tal manera que andemos pululando por toda la casa dando saltitos de la alegría. Por extraño, o no tanto, que parezca, unas cuantas novedades en el E3 pueden contentar muchísimo realmente a uno. ¿Pues cómo no emocionarse con consolas portátiles como la Nintendo 3DS o videojuegos como Zelda, Mario o Animal Crossing?


Pero desde mi punto de vista lo peor no es la tristeza; si no el aburrimiento, el desanimo, la amargura, la indiferencia, la pura rutina... Y el cansancio sencillamente no ayuda a escribir una buena entrada en un blog a estas horas de la noche.

domingo, 13 de junio de 2010

Huecos que rellenar

Ahora si que estoy seguro de que con lo de las actividades webs de Windows Live se gana más de lo que se pierde. Al añadir la de Blogger, me acordé de mi blog, y he sentido un pequeño impulso para seguir con aquello que dejé hace tanto tiempo.

Sinceramente mi dejadez forma parte de mí desde ya hace muchísimo tiempo. Comienzo proyectos, los dejo a medias, empiezo otros nuevos, retomo otros más antiguos... Es tan típico. De todos ellos destaco, además de este, la comunidad DPC Foros, mi espacio de Windows Live, mi videoblog de YouTube, ponerse a estudiar (*coff, coff*), entre tantos muchos. Aunque la verdad que lo de Twitter lo llevo perfectamente, supongo que será porque no hay que escribir demasiado ni se pierde demasiado tiempo.

Lo del videoblog comenzó muy bien, pero había algo muy importante que afectaba negativamente a mi proyecto: que mi cámara fuera asesinada estas navidades por mis primas pequeñas (oración pasiva). Tenía que hacer uso de materiales antiguos, fotos y vídeos, para poder hacer mis vlogs, lo que acabó resultándome útil tan solo para hacer el vídeo introductorio. Otra pega fue el nombre de mi videoblog, porque hasta que me decidí...

Sin embargo las cosas ayer dieron un vuelco, ya no tengo excusa. Para mis sorpresa, que mis padres iban a Mediamarkt a comprar una televisión para el cumpleaños de mi abuela, me dijeron que si quería ir con ellos y ya de paso me miraban una cámara. Ipso facto les dije que yo iba con ellos y una sonrisa se dibujó en mi cara. Ir de excursión de final de curso a Túnez sin cámara hubiera sido un cruel delito, algo prácticamente traumatizante para mí.



Hoy vamos a celebrar el cumpleaños de mi abuela, y yo, ¿cómo no?, sin estudiar y teniendo está semana que va a comenzar los exámenes globales. Temer, lo que se dice temer no los temo, pues la verdad que solo temo la Historia... Demasiadas cosas pendientes que no creo que vaya a sacarlas sin hincar los codos un poquito este verano. Me anima pensar que todo lo demás lo tengo relativamente perfecto.



Y ahora es cuando comienzo a soñar de nuevo... Una falsa ilusión, imagino yo, difícil de alcanzar, que crece y crece y se aleja más, y que mi lento ritmo logrará dejar escapar...